lunes, 23 de diciembre de 2013

"Tocados... ¿hundidos?"

Cuando los "bloggers" nos sentamos delante de nuestros ordenadores y empezamos a escribir siempre nos decimos: "... y ahora qué escribo". Sin embargo para mí la pregunta clave es: "¿se puede cambiar algo?"

El gran misterio que rodea al mundo económico, político y social se escapa de nuestro entendimiento. Es un auténtico monstruo mitológico, se cuentan historias, se oyen rumores en la calle y sin embargo no se le puede capturar ni borrar del mapa. ¿Sabemos a qué nos enfrentamos? Hemos llegado a un punto tal de escepticisimo que nos dejamos llevar por la corriente, la "lucha contra el sistema" es en cierto modo una lucha contra nuestras creencias, nuestras raíces. Criticamos teóricamente algo que apoyamos de manera práctica. Más de uno me dirá, "yo critico los excesos del sistema"; pero lo que yo veo es que el sistema siempre fue excesivo, especulador, e incluso psicópata.

Me parto...
Sin embargo todos estábamos a gusto con ello. Sólo es cuando la situación se ha vuelto insostenible que salimos a la calle a protestar, cuando el virus que asola el país se ha extendido hasta unos límites insospechados. Hace poco leía unas pancartas que promovían algo así como: "que el miedo pase a ellos" (refiriéndose a la casta de ineptos políticos); y yo para mis adentros pensaba algo terrible: ¿qué miedo van a tener ellos si ya tienen la vida resuelta?

¿Estamos preparados para tomar el timón de este Titanic (ya partido en dos)? ¿Somos los que tienen una posibilidad de salvarse o los que ya se han ahogado con tantas facturas, subidas de tasas, etc...? Ains, qué pesimista se ha vuelto la entrada. Pero no es para menos. Cada vez son más las voces que te llenan la cabeza de problemas, de inquietudes, de dudas (de deudas)... Nadie nos preparó para lo que estamos viviendo pero esto nos ayudará para situaciones futuras. Seguro. Sólo espero que consigamos sobrevivir a los desagradecidos que tenemos por gobernadores. Tenemos que ser el último superviviente.

Reflexión: Siempre se nos reprocha desde las altas esferas que somos como ovejas descarriadas y que por eso estamos donde estamos. Pero no es acaso el pastor el que las dirige y les dice lo que tienen que hacer. Si las ovejas son malas es porque el pastor no es el adecuado. Think about it. 


lunes, 16 de diciembre de 2013

"Aquí está la (neo)Navidad..."

Lo reconozco, a mí también se me ha quedado grabada a fuego en la memoria (para mi desgracia) el anuncio de la Lotería de este año. A todos en estos días se nos están despertando los más puros instintos navideños: comprar, comer, comprar, comprar, ir a Cortilanda, comprar, comer...

Las calles se llenan de niños con pelucas de colores y lo peor de todo, padres con pelucas de colores... Nah, es broma. Me encanta que los padres dejen por un momento de ser adultos para ser niños. Yo tengo la suerte de tener un padre que nunca ha crecido. Se ha quedado estancado en el tiempo (en el buen sentido) y es esto precisamente lo que le hace ser distinto a los demás. Nadie acierta nunca con su edad, precisamente porque no tiene la cabeza de alguien de... ¿? sino que tiene la mentalidad de un joven de mi edad o tal vez algo más.

Qué pesaditos con el gorrito, joder...
Digo esto porque estos días me encontraba triste. No sé muy bien la razón. Puede que fuera la maldita última hora de conexión de las personas (maldito invento moderno), o que simplemente mi cabeza no se sintiera parte del mundo que le rodea (típico). Pero hoy me he levantado con ganas de sonreír. De ir uno por uno a las personas que me encuentro por la calle y abrazarlas (me busco órdenes de alejamiento), de gritar a los cuatro vientos que nada ni nadie podrá conmigo aunque haya días que preferiría no levantarme de la cama. Tengo ganas de ser un niño sin obligaciones ni nada parecido.

Creo sinceramente que la Navidad no deben ser unos días, no debe ser una fiesta de un determinado momento del año, debe ser un estado emocional constante. La alegría de ir por la calle y ver luces y más luces y más luces... (ad infinitum); de ver a un señor mayor con su señora, agarrados del brazo y con pelucas rosas; ir a tus amigos, aquellos que aunque no puedas verles, les quieres y ellos lo saben. Ese tipo de cosas deberían ser la Navidad. No hay mayor muestra de afecto hacia nosotros mismos que decirnos: "feliz inicio de semana idiota".

Sonríe. Baila. Come. Disfruta. Familia.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

"Terapia rápida..."

Teclas frías, café caliente, corazón impío, mente llena, rebosante de ideas que besan el suelo que se ha acostumbrado a ser punto de apoyo.

Ya no sé ni cuánto tiempo hacía que no me pasaba por aquí a vomitar palabras. Mis dedos parecen ir con un ritmo aparte. Tenían ganas de movimiento, de sentir calor artificial, no humano… Si soy sincero no hay mucho que contar, hay muchísimo que cantar. He cambiado curiosidades que contar por historias que cantar. Mi cabeza se había olvidado de lo mucho que le gustaba someterse a una terapia rápida.
¿Quién no recuerda esto?
Ahora disfruto infinitamente más cuando canto que cuando escribo. Aquí no puedo ver a nadie. Le estoy escribiendo a la nada. Sólo hasta que el contador de visitas empieza a subir… o no. Indiferencia.
Antes decía que no me importaba. Chulo. Absurdo. Claro que me importaba, igual que me importa ahora. Pero el cambio es que disfruto con lo que hago. Yo. Sin más pronombres personales. Ayer se lo comentaba a una gran blogger y mejor persona:
-          Cuánto hacía que no te veía por aquí.

-          No tenía nada que contar… por eso me gusta escribir historias para mí misma.

Chapó. Bofetada en la cara al mundo. Vivan las historias al azar. No me dejé llevar por las letras, me dejé llevar por el sentimiento puesto en lo que leía. Cambio. Click. Pum. Plaf. Zas. Boff. Sonrisa. De eso se trata. Dejarse llevar por lo que tu corazón siente y no por lo que tu mente dicta. Disfrutar.
 

miércoles, 17 de abril de 2013

"¿Por qué filosofía...?"

Todo gran sueño empieza con una gran pregunta. Siempre he creído en esta máxima y es la que a mi juicio ha movido el mundo occidental moderno. Si alguien no hubiera creído que podríamos volar como los pájaros, jamás habríamos inventado el avión; y del mismo modo si alguien no hubiera pensado en tocar el cielo con las manos, no haríamos rascacielos cada vez más altos. 

La filosofía está en todas partes...
Pienso que la mente humana es curiosa por naturaleza, siempre quiere saber más. El problema viene cuando vemos que no es tan fácil alcanzar el conocimiento puro de las cosas. Tenemos tanta contaminación en nuestra cabeza que nos creemos que el remedio es la propia enfermedad.  Desde pequeños hemos repetido como loros que los grandes filósofos son Sócrates, Aristóteles, Tomás de Aquino, Kant, Nietzsche y Ortega y Gasset. 

Nos hemos quedado estancados en la vieja creencia de que la filosofía ha muerto hace mucho, que nadie quiere plantearse por qué, sino saber cómo superar aquello que nos sucede.

Las grandes teorías del conocimiento y de por qué somos como somos vienen de pequeños locos que se convirtieron en grandes pensadores (no puedo evitar pensar en el gran José Luis Sampedro por hablar de alguien de actualidad). No queremos "comernos la cabeza" con algo si no tenemos la absoluta certeza de que con ello vamos a cambiar algo. El ser humano es así, desde mi punto de vista, si algo no resulta de utilidad a corto plazo lo desecha o al menos no le da tanta importancia. 

¿Hasta qué punto de "pasotismo" hemos llegado como para pensar que algo que ha perdurado durante miles de años podemos ahora borrar como una mota de polvo que se acumula en nuestra mesa? No le restemos mérito a personas como Deleuze, Nancy, Naomi Klein, Walter Benjamin, Rancière (por decir una mínima parte...) que tuvieron una curiosidad y por ella dieron todo de sí mismos. "La filosofía no es un medio, es un fin en sí mismo y por ello se ha de considerar la ciencia más importante".


domingo, 7 de abril de 2013

"La enfermedad del siglo XXI..."

"Las redes sociales son como un virus, se propagan y se reproducen, viven y matan..." Esto es algo que siempre he pensado en mi interior, pero que por distintas razones me niego a aceptar. Me atrae y me repelen las redes sociales por igual, me recuerda la idea de lo Sublime en filosofía. Asomarse al precipio y quedarse maravillado y petrificado a la vez.

Google +, Twitter, Questionity, Facebook... y una larga lista de redes sociales se han introducido en nuestras vidas marcando cómo tenemos que actuar y cómo tenemos que pensar. Estoy de acuerdo en que "si no te gusta lo que ves, no estés aquí" pero aún así, creo que está sucediendo lo mismo que puse en mi entrada de ayer: "Homo homini lupus", nos estamos despersonalizando poco a poco. Somos una dirección web, una foto y una descripción. Las relaciones sociales han dado paso a enlaces web y a insultos gratuitos entre algunos que rozan lo absurdo.

¿Dónde está el límite? ¿Cómo hemos llegado a querer más a una ficción que a los seres de carne y hueso? Yo siento que cada vez estoy más y más enganchado a esas ficciones, ¿debería estar preocupado? Es verdad que hay mucha tontería como ya he dicho pero igualmente gente que no tiene voz ni voto por suerte se hace escuchar (obviamente no iba a ser todo malo aquí) y sus palabras calan hondo en la conciencia de los demás.

Para estas cosas sí que está bien tener amigos virtuales pero no nos olvidemos que su virtualidad es sólo una máscara y lo que realmente cuenta es la persona detrás de ella. Probablemente nunca lleguemos a conocer a la persona detrás del "twit"; pero mi verdadera preocupación es que ni siquiera queremos hacerlo. Nos conformamos con saber que hay alguien que piensa como nosotros, y tiene las mismas dudas e inquietudes políticas, filosóficas o incluso futboleras. La globalización no es más que ver en una pantalla lo que ya sabíamos: "somos seres humanos", y sin embargo esa es nuestra mayor debilidad. 

¿Crees que exagero o realmente la situación se está volviendo insostenible? Espero tus comentarios!

sábado, 6 de abril de 2013

"En nombre de la paz..."

Hoy se cumplen 10 años de un asesinato. 

Los tanques avanzan por Bagdad al ritmo que marcan las balas perdidas, mirando a un lado y a otro. Quieren ser héroes sin llevar una máscara, una capa o salir en un cómic ochentero; sin embargo hay gente dispuesta a arriesgar su vida por la defensa de la información. Se les llama villanos desde el otro lado del charco, entre seres humanos los llamamos periodistas de guerra. 

Su función es mostrar al mundo entero lo que sólo unos cientos ven atemorizados desde sus casas en ruinas, asediadas por el constante enfrentamiento entre la locura y la pasión. Uno quiere lo que el otro tiene y así es como nace la idea de enemigo del país. "Dame el dinero del almuerzo y no te irás con un ojo morado" a gran escala... sin ojos. Las lágrimas tiñen de tristeza las calles desiertas.

En un balcón del hotel Palestina, un "intruso" graba en su cámara cómo los tanques destrozan sueños, ilusiones, vidas... Nuestro amigo queda petrificado por la macabra escena pero sigue grabando y de pronto, un gran estruendo le quita esa imagen de la cabeza. Acaba de ser alcanzado por los "defensores de la democracia" en nombre de la paz. Parece ser que no debía grabar el sufrimiento ajeno, pero eso sí, la "victoria de la democracia" saldría en todos los medios de comunicación del mundo. 

Su batería dejó de funcionar y con ella, la verdadera cara de la guerra, la que no tiene vencedores ni vencidos, sólo muertos y vivos (e incluso entre estos, hay muertos). 10 años después la gente ha olvidado que hubo alguien que luchó y fue asesinado por lo que defendía: la libertad para poder mostrar lo que no se quiere mostrar.

Descanse en paz, José Couso

 

"Homo homini lupus..."

Como cada viernes, me siento ante la televisión e intento disfrutar de la probable bazofia que introduzcan en mi cabeza. Sin embargo, hay veces en que me llevo agradables sorpresas y ahora todos los viernes a las 10 y media de la noche veo Discovery Max y el gran programa de Derren Brown y sus "experimentos".

No pretendo hacer publicidad ni mucho menos, pero sí me gusta compartir con los demás un poco de cultura general y ayer en vez de ver cómo discuten dos "famosillos" o que una presentadora se despelote delante de toda España, me dediqué a ver de qué es capaz el hombre cuando está despersonificado. ¿Cómo actuamos cuando sabemos que lo hacemos anónimamente y que nadie nos puede juzgar por ello?

Me quedaba petrificado al ver cómo unas doscientas personas que había en su programa, si se les daba una máscara blanca igual para todos, su actitud cambiaba. Derren les daba la capacidad de elegir qué le iba a suceder a una persona en concreto que no sabía nada al respecto pero sus amigos sí. Este experimento llamado "Remote Control" pretende mostrar lo cruel que puede llegar a ser el ser humano cuando sabe que va a salir impune de sus actuaciones. Si hacemos algo en masa, parece ser que nos sentimos más protegidos y escudados por el propio grupo. 

Por un lado les daba a elegir una opción buena y por otro lado una opción mala a los espectadores y su elección era llevada a cabo por actores que cumplirían este papel a la perfección. Si había una gran mayoría que quisiera que un actor le tirase un vaso con agua en la camisa de la víctima, este actor lo haría. Los resultados de este experimento son sorprendentes. Creo que no dice nada que no supiéramos: "el hombre es un lobo para el hombre"; pero de vez en cuando creo que hemos llegado a un punto tan extremo de "disfrute con el mal ajeno" que nos olvidamos que pertenecemos a la misma especie y que la vida es una constante "acción/reacción". Seamos humanos por una vez y dejemos de comportarnos como animales.

Por desgracia no encuentro el enlace en español, os lo dejo aquí en inglés. Creo que se entiende lo que pretende hacer y no hace falta subtítulos. Espero comentarios y opiniones! ¿Harías daño a alguien sabiendo que formas parte de un grupo o te mantendrías fiel a tus principios?

lunes, 18 de marzo de 2013

Evolución o destrucción...

Llevo una semana leyendo un interesante libro/ensayo titulado "Un mundo sin nosotros" de Alan Weisman y me ha dado por pensar en lo que él se imaginó a la hora de escribir: un mundo donde la raza humana de pronto dejara de existir.

Imaginemos por un segundo ese planeta que ya no es "mundo". Las ciudades desiertas y mudas, donde lo único que se escucha es el cantar de los pájaros y el chirriante sonido de la inmensidad de los edificios de metal. Aunque en un principio nos pueda parecer difícil de imaginar, podemos llegar a concebir algo así. En lo que creo que nadie ha pensado es en qué sucedería, o mejor dicho, las consecuencias a efecto inmediato de esta repentina desaparición.

La naturaleza se abre paso...
Cada palabra que leía de este libro me asombraba cada vez más, pues a veces he pensado que el mundo lo estamos destrozando con nuestra violación constante a la naturaleza. Sin embargo el ser humano tal vez sin darse cuenta (o eso espero) ha hecho a la naturaleza depender de él en varios aspectos. El más importante que subraya Weisman y el que más me choca es el de las centrales nucleares. ¿Sabías que si el responsable de mantenimiento no estuviera en su puesto todos los días estaríamos todos muertos en tres días? Yo no, o al menos no en tan poco tiempo. O que si no hubiera un encargado de mantenimiento del Metro neoyorquino todo se inundaría al día siguiente. Acabaríamos con varias especies de pájaros y plantas vitales para el equilibrio del ecosistema. Estamos en un juego de supervivencia en el que la naturaleza lleva la mano ganadora.

Esto me hace reflexionar sobre cómo ha evolucionado el ser humano y hacia dónde va encaminado. ¿Queremos ser dioses o actuar como ellos? Son dos cosas bien distintas. Por un lado ser un dios yo lo entiendo como algo inalcanzable terrenalmente hablando, y actuar como un dios es precisamente subsumir bajo nuestro designio lo que sucede a nuestro alrededor sin pensar en las consecuencias. Me decanto claramente por la segunda opción. Y creo entender que Weisman también. 

Tenemos el destino del planeta (que recordemos no es nuestro) en nuestras manos. Lo estamos destruyendo poco a poco y al final de tanto querer siempre más nos vamos a quedar sin nada. La carrera espacial es a contrarreloj, aunque sinceramente no sé si quiero que la especie se propague por la galaxia. Después de ver de lo que somos capaces quizás sería mejor desaparecer o al menos evolucionar. Evolución es una palabra que confundimos con destrucción del mismo modo que actuar como un dios lo confundimos con ser un completo inconsciente.

domingo, 10 de marzo de 2013

"MALACABEZA": La belleza hecha música...

En estos días recuerdo una fecha muy especial para mí: 10 de marzo de 2010. Unas semanas antes de ese día tuvimos por casa una cena con amigos y demás y de pronto escuché una canción que me rasgó el alma. No sé si os habrá pasado alguna vez pero sentí algo indescriptible al escucharla. Una mezcla de belleza y dolor que sólo el arte es capaz de transmitir. 

Acto seguido fuí a ver quién era la persona que cantaba. Se trataba de dos personas acompañadas de los acordes de una hermosa guitarra acústica. Este fue mi primer contacto con algo que dura hasta hoy: Malacabeza. Mi amigo me miró y me dijo que la semana siguiente estaban en Madrid, en una sala cerca de Moncloa. Convencí a mi chica y estuvimos escuchando durante esa semana cosas de la banda y nuestra sorpresa por el descubrimiento no llegaba ni al 10% de lo que vimos aquella noche.

Durante 2 horas asistimos a un concierto en acústico que superó todas nuestras expectativas. Risas, bromas, canciones que parten en dos tu concepción del mundo, la belleza hecha música... Pasaron los años y lo que comenzó como una escucha aleatoria se ha convertido en una amistad muy fuerte entre nosotros y ellos. No es casualidad la cantidad de conciertos a los que hemos ido suyos y en cada uno la sensación es cada vez más y más fuerte. Si no me equivoco ya vamos rondando los 35 conciertos.

No sé lo que tendrán que me transporta a otro mundo, es una ventana hacia un universo paralelo del que nunca quiero salir y en el que cada vez estoy más a gusto. Sólo tengo palabras de agradecimiento por todo lo que nos hacen sentir a mí y la gente que he arrastrado conmigo a verles. Ahora y siempre ¡SOMOS MALACABEZA! 

Esta canción que os dejo por aquí es la que escuché por primera vez y con la que me enamoraron perdidamente de su música (si no aparece el vídeo poned un comentario). Prestad atención a cada frase de la canción con la impresionante voz de Sara Rodríguez y el líder de la banda Joel Reyes. Tomaros unos minutos y dejaros llevar. Esta es la canción que cambió mi forma de ver la vida... "Si supieras"







martes, 5 de marzo de 2013

Ciegos y sordos...


Estaba leyendo hace unas horas atrás otra gran entrada de Alfredo Abrisqueta: "El genio de la verdad" y me ha dejado profundamente conmovido y necesitaba escribir. Ha sido un impulso llevado por el cabreo con la sociedad y la indiferencia que parece presentar ésta ante los acontecimientos actuales. El haber aprendido algo más sobre las corporaciones en estos últimos días ha sido como una colleja con un bate de béisbol. Me ha dejado en estado de shock y me ha hecho aborrecer (si aún podía hacerlo más) esta sociedad de los dos viajes que maravillosamente ha presentado mi querido bloguero.

La lucha que comenzó en 1789 con la Revolución Francesa ha derivado en una pequeña pelea de patio de colegio en la actualidad y aún no nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene que nos devuelvan el dinero de la merienda. Nos hemos tomado una siesta que ha resultado demasiado larga y mientras dormíamos, los "más listos y oportunos" han aprovechado para construir edificios empresariales que tapan las ventanas por las que antaño entraba el sol por las mañanas.

A veces me gustaría haber vivido en las conversaciones que se tenían en el ágora, donde cada uno exponía sus argumentos y no valía el tan recurrido hoy: "como tu robaste, yo también puedo." Pero qué gilipollas son nuestros auto-denominados representantes. Qué maravillosa época en la que el problema de uno era el problema de todos y se discutía y debatía el método de actuación con los ciudadanos de la polis griega. 

Cada vez que pienso en la sociedad moderna me dan ganas de llorar. Aquellos que digan que pensar sobre la situación actual no sirve de nada, habría que ver que hacen ellos por cambiar el mundo. Yo por mi parte me seguiré dejando llevar por los sentimientos de la calle. Seguiré dialogando con los "animales políticos" de los que hablaba Platón.

Salgamos a la calle y veamos lo que se respira entre nuestros compañeros de especie. Sí, lo que se respira, porque desgraciadamente nos hemos quedado ciegos y sordos.



miércoles, 27 de febrero de 2013

Los pequeños detalles...

Amanece un nuevo día en mi habitación. El despertador grita con fuerza y me arrastra de la cama sin que pueda oponer mucha resistencia. Finalmente me decido a levantarme del cómodo colchón donde todo puede hacerse realidad y miro por la ventana. Qué grata sorpresa me llevo al ver que caen lágrimas del cielo, las cuales el viento arrastra de este a oeste en una armónica sincronización para al final descansar aleatoriamente en el mundo de los humanos. 

Este pequeño baile improvisado arranca la primera sonrisa de mi boca y el día ha cambiado por completo. No estoy disgustado por el brusco despertar, ni tampoco por el frío que me hace temblar. Hace mucho tiempo que esas cosas me dejaron de importar y ahora busco la importancia en los pequeños detalles, y ¿qué hay más pequeño y armonioso que los copos de nieve al caer?

Durante diez minutos dejó de pensar en obligaciones, horarios, preocupaciones y todo lo demás; es una grata sensación dejar por un rato que nuestros ojos se deleiten con los pequeños detalles. Recuerdo que la última vez que nevó estaba paseando por Madrid con una amiga y recuerdo nuestra expresión de asombro al alzar la vista, y ver que en nuestros abrigos se posaban pequeños copos blancos de nieve. Como si dos críos volviéramos a ser, empezamos a saltar, reír y jugar, ¿acaso está mal volver a ser niños en un mundo de adultos?

Belleza silenciosa...
Para mí, ha sido la sorpresa más grata en semanas y para los medios informativos, sólo merece la atención tres minutos de su "valioso" tiempo. Mañana dicen que va a volver a nevar, ojalá sea verdad. Sé que volveré a maravillarme con los pequeños detalles y volveré a ser un niño que no quiere crecer por mucho que le presionen. Lo bueno de mañana es que no me pilla de sorpresa, sé lo que voy a ver por la ventana cuando me despierte y sé que sonreiré. Cuando mire mi reloj no tendré el tiempo pisándome los talones ya que yo controlo mis sueños, y ser feliz cada día es mi pequeño detalle.

jueves, 14 de febrero de 2013

Capullos y animales...

Qué duro es despertar cada mañana en este mundo gris, sabiendo que hay muchas cosas que hacer y muchos temas que pensar, esto es realmente agotador. Sin embargo lo más triste es darse cuenta de que gasto mi tiempo, atención y dinero en cosas que no son lo que me dijeron que eran... en ramos de rosas que ya no huelen bien. Dicen las buenas lenguas que su raíz hace mucho murió. Ya no volveran a florecer con la misma intensidad que antaño y aunque todo se viera en blanco y negro, muchos recuerdan que las rosas implicaban el rojo de "la pasión". Con ella se podían defender unos ideales por muy alocados que fueran o por muy utópicos que parecieran. Hoy, aquellos florecientes caballeros, ya no tienen la suficiente pasión para adornar sus ventanas. Se han quedado con el tallo en la mano, y los pétalos, tristemente se los llevó un huracan llamado tiempo. Pero bueno, basta de lamentos y pensamientos sin luz, demasiado bello es el mundo para quedarse a oscuras.

Madre Naturaleza
Intento despejar mi cabeza y me voy a la playa a dar un paseo. Mis ojos miran hacia arriba para ver si el sol me quiere saludar, pero para mi "no-sorpresa" las gaviotas ya están haciendo de las suyas otra vez. Persiguen barcos pesqueros que van a bancos de peces pequeños que no terminan de madurar. Parece ser que les llegó la hora de morir... Mientras tanto yo sigo caminando (qué descuidada está la playa, madre mía) y recuerdo que antes solía pasear por aquí con mis amigos. Éramos jóvenes y el futuro se abría ante nosotros desplegando su majestuoso repertorio de profesiones y vocaciones. Ahora si lo que estudias no te da trabajo, ya te dan por muerto incluso antes de que tu corazón se detenga por completo, qué sádico se ha vuelto el mundo... ya no hay sitio para el loco. Siento que la naturaleza me llama. Estoy convencido de que algo me quiere decir pero el volumen de los piquetes de los astilleros interrumpe mi particular conversación con la madre naturaleza. Me giro y súbitamente, unos ojos llenos de lágrimas y desazón se clavan en los míos, mi corazón se acelera, el tiempo se ralentiza y recuerdo cuando llorar era algo muy particular y extraño.

Hace varios años que sufrimos una terrible situación, lo escuchas todos los días en la televisión bicolor: "el Sol se está apagando" Me acuerdo que un día hubo un espectáculo de pirotecnia y marionetas, salimos todos de nuestras casas y nos fuimos directos a las plazas y a las calles desde donde se podía ver mejor el acontecimiento. Fue maravilloso. En esos días la gente sonreía con fuerza y energía y parecía que teníamos el mundo a nuestros pies. Gritábamos, cantábamos y debatíamos sobre el siguiente show anunciado en cartelera. Sin embargo las risas se apagaron y con ellas el Sol. El espectáculo duró unas cuantas semanas y aún hoy se ven espectáculos parecidos pero no de tanta magnitud como aquel 15 de mayo.

Muchas cosas han sucedido desde entonces y los ojos alegres han hecho un intercambio de ERASMUS con las ojeras de las noches en vela. Somos pocos los que quedamos en pie, aguantando el temporal de lluvia y frío que asola este pequeño país mediterráneo; he oído en las pseudo-noticias que el temporal arreciará en unos años pero en un lugar donde el tiempo es incierto, ¿quién se fía del hombre del tiempo?

El Sol siempre está por encima
Es todo tan triste y patético, ojalá mis hijos no tuvieran que ver en qué hemos convertido lo que nuestros antepasados tardaron tanto en conseguir. En la calle se rumorea que hay personas que son felices, desgraciadamente las informaciones son contradictorias y eso crea aún más confusión de la existente. Antes se luchaba por unos ideales, ahora ideamos formas de luchar; antes preguntábamos antes de disparar y ahora se dispara por preguntar. Solo espero que este temporal que está dejando un reguero de odio, enfado y sumisión a su paso, arrecie pronto. Que las rosas huelan a rosas, y las gaviotas puedan volar por el mero placer de volar; pero para que esto suceda, debe haber algo por encima que los vigile... ese algo es el Sol.

sábado, 9 de febrero de 2013

La noche madrileña...

Tres personas. No hace falta más. Soy de la idea de que no importa la cantidad, sino la calidad y ayer entre los tres juntábamos a más gente de la que los ojos del vulgo puede ver a simple vista. Como siempre, unas copas por aquí, unas copas por allá, un poco de jugar al famoso "yo nunca" y volver a ser críos que se ríen con el más mínimo comentario fuera de tono. Me quedo con esa idea nietzscheana de volver a ser niños.


Soledad nocturna
Bailamos como nunca, pasamos frío e hicimos la noche nuestra. Sin embargo ya muchos me conocéis, no tengo aguante para las fiestas ni para la bebida, sinceramente no me gusta, me tomo una copa y ya estoy hecho. Ante la situación de cansancio salí de la discoteca y me dije que no podía ser que tuviera Madrid a mi entera disposición. Hice una de esas cosas que recuerdas toda tu vida por lo extraño y a la vez tremendo del asunto. Para los que conozcáis Madrid sabéis que caminar desde Moncloa a Atocha da qué pensar un buen rato.


Me dí cuenta de que no hace falta nada más que tu propia cabeza, tus pensamientos y tus pies para pasar un rato único e inolvidable con uno mismo. Totalmente necesario. Ayer volví a reafirmarme en lo que ya sé, que no hace falta beber ni salir de fiesta para pasártelo bien.

Mientras iba esquivando a los borrachos y a los relaciones públicas de las distintas discotecas de la zona de baile madrileña por excelencia, iba sacando de mi bolso mis eternos cascos para escuchar un poco de música y amenizarme el tremendo paseo que quedaba por delante. Me daba cuenta de lo trágico que es ver a los jóvenes tirados en los diferentes portales que rodean Moncloa (algunos en situaciones muy embarazosas); ¿acaso soy demasiado raro por no querer ponerme así?

Puerta del Sol a las 4 de la mañana
Mi HERMOSO paseo duro alrededor de una hora, tuve tiempo de ver Madrid como nunca la había visto, sin el ajetreo de la gente, como si le quitaras la nieve a las montañas en invierno. La ciudad estaba desnuda, frágil, carente de glamour pero eso no impide disfrutar de la belleza de lo feo. 

Si tenéis la oportunidad de hacerlo, no lo penséis, hacedlo. Aunque os duelan los pies, la espalda y la cabeza al día siguiente, lo recordaréis con entusiasmo e incluso os llegaréis a decir que ojalá lo pudieráis hacer todas las noches. Hoy me he levantado con la sensación de que me lo pase como nunca, porque baile, disfruté y caminé como un niño en una ciudad de fantasía.



Agradecido, metido, subsumido, IDO...

Llevo unos cuantos días reflexionando (como siempre) sobre el valor de lo que hacemos, lo que decimos e incluso lo que dejamos de hacer. Cada vez soy más consciente de que la carrera que estoy haciendo, o viviendo desde mi punto de vista; me recarga y me renueva a la par que me consume.

Freedom

Hace unos días dije algo así como que mi día a día era levantarme, leer, desayunar y ponerme a hablar de filosofía, a tratar con otros filósofos una solución a la destrucción a la que somos sometidos día tras día, año tras año, siglo tras siglo. 

Uno de mis profesores de la UCM, el fantástico José Luis Villacañas trató este asunto hace bien poco en un maravilloso artículo ( por si os interesa os dejo el enlace aquí) que me dejó tanto triste como complacido. Puede que no seamos los mejores amigos del hombre de a pie; ¿tan difícil es que alguien nos entienda? Me sucede a menudo que cuando intento explicar las razones de por qué estoy en este pequeño gran mundo, me quedo sin palabras (uno de esos momentos de silencio que son tan necesarios a veces).

En ocasiones pienso que tal vez conseguiría más estudiando una carrera que me diera una cierta ventaja laboral contra otras personas, a las que ahora llamamos competidores y en algunos casos, enemigos. Tal vez. Pero se lo decía a una amiga el otro día y me salió del alma, en un arrebato de sinceridad con ella y conmigo mismo, "no sería feliz". Nos hemos olvidado de ser felices con lo que creemos, pensamos o hacemos. Estamos tan jodidamente alienados a quedar bien y a no molestar que nos olvidamos de que las personas que nos deben importar somos nosotros mismos. Gracias Nessa por esta valiosa enseñanza.

Cuando peor lo estaba pasando a nivel emocional y mental me llegaron noticias de que son muchos los filósofos y no-filósofos que valoran mi trabajo y mi forma de pensar. Todos tenemos la idea de permanecer, de perdurar en el tiempo y de que se nos recuerde, pero como decía el maravilloso y genial Freddie Mercury: "the show must go on..." 

Keep fighting!
Cuando empecé hace ya unos 3 años a escribir para mi antiguo blog: Más Que Pensar; y lo dejé y su continuación (¿o ruptura?) un año después que es este pequeño espacio de pensamiento se metió de lleno en mí, no podía llegar a imaginar hasta dónde llegaríamos con esto y lo que yo provocaría en las mentes ajenas.

Es por todas esas muestras de cariño y de aprecio recibidas a lo largo de esta semana por las que os doy las gracias a todos los que estáis al otro lado de la pantalla, aguantándome y soportando mis rayadas mentales. Sólo tenemos dos meses de vida y ya con estos 60 días me habéis demostrado que merece la pena escribir y merece la pena filosofar.


sábado, 2 de febrero de 2013

Sonrisas y miradas...

"Muchos dicen que la inspiración es una perra rabiosa que no termina por llegarles nunca, a mí, por suerte no me llega... la encuentro a la vuelta de cada esquina..." (Yo)

Llego la hora de levantarse, otra vez te voy a ver. Otra vez me vas a ignorar. Lo sé, sé lo que estás pensando, sé que es efímero y limitado el tiempo que tenemos para vernos, pero ese instante no me gustaría que me lo robaras por nada del mundo. Es todo muy triste, la gente te mira, sonríe, y sigue con su vida, no se paran a fijarse en tí, ¿dónde quedaron los modales? Al menos una vista cómplice y ya te harían feliz, muy triste... pero no te preocupes, a mí no me vas a perder, que la gente no sepa apreciar tu belleza no significa que no la tengas.

El tiempo se nos escapa...
Cada mañana aciaga que yo pueda tener, cada momento triste que no me deje vivir, no es nada comparado con el sentimiento que me transmites. Si alguien más me entendiera, sabría que hay momentos en esta vida que merecen ser repetidos una y otra vez 'ad infinitum'. Cruzar unas miradas contigo es uno de esos momentos. Aún recuerdo cómo nos conocimos y que mi primera reacción fue incredulidad, luego sonrisas, y finalmente admiración. Verte es un placer para la vista ciertamente, ojalá alguien más me entendiera.

Nuestro primer encuentro, cierto es, que no fue como en las películas 'hollywoodienses' con una música celestial y una luz que devolvería la vista al más ciego... Sin embargo para mí fue especial, llámame raro, probablemente lo sea, pero dime quién en estos días tiene un minuto para fijarse en tí.

Tus manos, tu cabello desenfadado, la profundidad y en ocasiones tristeza de tus ojos...; como verás no me pierdo ni un sólo detalle de cómo eres, y de cómo actúas. Pero me da igual si tienes miedo de que te conozca la gente tal y como eres, para mí es suficiente.

Pero... maldita sea. Llego tarde otra vez a mis actividades cotidianas, qué rápido me roba el tiempo este mundo. Como ves, nuestro tiempo es escaso y muy limitado. Es nuestro momento de despedirnos. Ojalá pudiera al menos hacerme ver, pero estás tan lejos y a la vez tan cerca que sólo me limito a quedarme en el medio sin llamar mucho la atención. Soy un cobarde, lo admito, pero sólo puedo hacer una cosa: sonreír y mirar. Con un gesto sutil de aprobación giro mi cabeza y me voy con mis pensamientos a otra parte, allí donde no hay de qué preocuparse, no como aquí.

Invisible
Me despido de tí como cada día, sin formular palabra cara a cara, sin acercarme, sólo bailando en mi cabeza, con una melodía elegida apropiadamente por tí. Tú tal vez no lo sepas, pero consigues siempre transportarme a otra dimensión, y la gente que pasa por mi lado son simples trozos de carne, piel y huesos. 

Ojalá algún día nos encontremos bailando al mismo ritmo, por ahora me conformaré con seguir viéndote cada día, al ir a estudiar y al volver a casa. Ese momento es único y mágico; ese momento es el nuestro, mi pequeño gran artista callejero...



domingo, 27 de enero de 2013

La cara oculta de la luna...

Cuan mariposa puteada por estar todavía en fase capullo, así me siento yo de vez en cuando al hablar de lo que a mí me gusta. ¿Dónde quedó la gente con ganas de pensar, de adentrarse en lo más profundo de su ser, de hacer un viaje al país de nunca jamás?


Creo que hace tiempo que murieron los idealistas, los que saben que van a morir de hambre por estudiar una carrera "no-práctica", los que están encantados de ser abofeteados por una mente superior porque se llevan a casa esa bofetada y se la miran al espejo para maravillarse con la enseñanza. Me toca los "kinder" la gente que me dice: "no me rayes con tu filosofía, que bastante tengo ya".... pobres mentes inferiores.

Si supieran lo maravilloso que es este mundo, en el que te das cuenta de la "tragicidad de la existencia" en el sentido de que hagas lo que hagas, siempre por A o por B te vas a comer la cabeza, te vas a rayar y llorarás descosido hasta quedarte dormido. ¿En qué momento pasamos de ser vivos soñadores a muertos vivientes? Qué maravilloso saber que esto es así y seguir levantandote cada mañana a comerte el mundo. Admiro a la gente que piensa, y piensa y piensa, y cuando tiene un rato libre: piensa. 

La belleza de lo oculto
Claro que hay momentos en los que lo único que queremos es profanar las tumbas de nuestros amados filósofos para despertarlos y preguntarles: ¿de que coño vas en tu libro? Pero más allá de estos momentos de desbocada locura, el verdadero espíritu de la filosofía radica en buscar ante todo una alternativa a lo que los demás hacen, cansarte de mirar la parte visible de la luna. Muchos son los que me han llamado loco, inconsciente, absurdo a lo largo de estos 4 años ya; y es ahora cuando me doy cuenta de que lo que he hecho no lo cambiaría por nada, ni cuando repetí primero de licenciatura y me pasé a grado, ni de lo vago que soy cuando llega la época de exámenes. Me enorgullezco de mí mismo cuando de una manera u otra salgo adelante, cuando despliego las alas y me pongo a correr en vez de volar, soy así de idiota.


Esta carrera es fácil, no encierra un gran complejidad, somos nosotros nuestro mayores enemigos. Los filósofos somos así, podemos estar separados o unidos, pero jamás destruídos. No nos rendimos ante las adversidades, ni ante los bocazas que hablan de que esto no nos dará de comer. Me gusta decir con cada mirada y cada sonrisa: moriré con ideales pero habré aprendido a vivir. Quien se cree en posesión de la verdad absoluta, lo único que hace es legitimar su propia mentira. Hemos aprendido que no existe ni la verdad ni la mentira, ni el ser ni el no-ser; todo depende de perspectivas, de puntos de vista. 

¿Subes o bajas?
"Lo bello de la filosofía es buscar un fin último sin jamás llegar a encontrarlo", esta es mi máxima experiencia estética. Somos adictos a morir en el intento; cuando creemos que hemos llegado al fondo del asunto, aparece alguien que rompe nuestros esquemas. En mi caso, adoro equivocarme porque vuelvo a replantearme todo, abarco más campo y a la hora de hablar no se me queda la boca cerrada, doy mi opinión que tiene la misma validez que la de mi oponente. Lo bello de vivir buscando algo que nunca encontrarás es que en último término... eres libre. 

"La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de rehusarse a adquirirlos" - Karl Popper

lunes, 7 de enero de 2013

La senda del héroe trágico...

Y tan rápido como vinieron se fueron las ansiadas "vacaciones" de invierno. Después de dos semanas ajetreadas de idas y venidas, de quedadas y demás historias, por fin hoy me he decidido a sentarme frente al ordenador y escribir.

Sinceramente no tengo mucho que decir. Pero sé que cuando hago esto, por un momento, y sólo en ese momento, tengo los limitados sentidos enfocados en una sola cosa. En la última entrada ya lo dije, no tenemos tiempo para sentarnos un segundo y reflexionar sobre lo que nos sucede; nos quedamos en silencio sin ser mudos.

Sören Kierkegaard
Hoy me he despertado con una extraña sensación que la gente da muchos nombres e infinidad de adjetivos, pero yo la suelo llamar "tristeza". Sí, ya os advertí, no tengo mucho que decir, salvo que durante las últimas dos horas he estado leyendo al enigmático Sören Kierkegaard (filósofo danés) y ha despertado en mí eso que él apropiadamente llama la "Anfaegtelse" o lo que diríamos en español: la duda o inquietud ante los acontecimientos venideros, ese qué me cabe esperar kantiano tantas veces repetido en el instituto.

Si bien nuestro filósofo danés lo enfoca hacia el aspecto religioso de la fe, el misterio de lo absurdo y la consiguiente confrontación entre el deseo y el deber; a mí, me ha tocado la fibra en el aspecto último del héroe trágico. Ese ser que está dentro del mundo pero no absolutamente, ya que inmerso en lo general, es repudiado y no es comprendido. Del mismo modo que maravillosamente se expuso en el "Retrato de un monstruo" y la idea de la sociedad enferma, uno a veces se levanta de la cama con la sensación de que son pocas personas las que le entienden y precisamente por eso, estas personas son las más valiosas. 

La irremediable consecuencia que le espera a este héore trágico es ser comprendido por poca gente, del mismo modo que le sucedió a Kierkegaard con su comunicación indirecta. Si algo es difícil, mejor, eso mostrará la nobleza de su espíritu. 

Muchas veces tenemos que lidiar con situaciones y momentos que nos superan igual que una montaña sin límite conocido.Hay momentos en los que tienes que sacar la fuerza y la entereza necesarias para hacer salir las cosas adelante, y no es hasta que las lágrimas corren una peculiar carrera por tu rostro cuando tu misión ha concluido. Ahí es cuando sale a relucir esa parte de héroe que tenemos todos, en los momentos jodidos. Es en los viejos y malos tiempos cuando se aprenden las mejores cosas. No se me olvida.


¿Ser o no-ser?
La duda que me asalta ahora es: ¿hasta qué punto, podemos resistir sin ser comprendidos? ¿qué nos depara el futuro? Sólo el tiempo sirve de escudo y de sanador de heridas profundas. Yo sigo con mi constante espíritu de cambio, nunca estático, siempre dinámico. Ojalá hayáis conocido un héroe trágico en vuestra vida, una persona que no sea fácil de conocer del todo y que poca gente pueda ver dentro de él/ella. Yo tengo la suerte de rodearme de algunos, con mayor o menor fortuna, pero siempre con la idea clara de que son una pieza que no encaja en el puzzle, una extraña figura en una maquiavélica partida de ajedrez donde el movimiento que hagan ellos siempre va a hacer que irremediablemente te muevas tú.